El Taoísmo

¿Cómo hacer, dado que existen tantas diferencias entre el pen samiento de uno y otro hemisferio, para introducirnos en la compleja manera oriental de ver el mundo? Únicamente existe una llave que puede abrirnos la puerta tan herméticamente ce rrada: la ley universal, el principio único de la ciencia y de la fi losofía china: el concepto de Too. Pero el Tao es como una fle cha que vuela, si se la atrapa deja de ser una flecha que vuela, si por el contrario se la observa como un movimiento abstracto, deja de ser una flecha.
El Tao, entonces, es la verdad única. Y es una flecha que vuela; no hay más que dejarla pasar. Según el taoísmo, entonces, de nada valía intentar desarrollar el conocimiento. Luchad contra la fiebre de quererlo saber todo. Es gracias a la ausencia de pensamiento y de reflexión que uno puede iniciarse en el Tao (el secreto divino de la ley única). Aquel que sabe no habla, aquel que habla no sabe. Por eso el sabio sigue el sistema del silencio para conocer el Tao.
Tao es la ley única de la naturaleza. Un simple campesino, obser vando la obediencia absoluta a la naturaleza, puede comprender el Tao y será feliz, gozando de una vida larga y apacible. Por el contrario, el intelectual infatigable que pretende conocerlo todo y se esfuerza por comprender las leyes fundamentales, acabará probablemente sin conocer el Tao.
Lao Tsé (llamado El Viejo, redactor del "Too Te King", documento que a la vez constituye el punto de partida y la cumbre del pen samiento taoísta) nos enseña que la realidad fluye y que el sa bio aprende a dejarse llevar por el fluir que es la vida. Todo es el camino y el camino es Tao.
El concepto de Chi está en la base de la concepción Taoísta, por que el taoísmo afirma que el Tao (que es todo) se manifiesta en energías (Chí). El Chi se caracteriza por la alternancia regular del yin y el yang.
Una vez yus, una vez yang, eso es el Tao.
El cambio, el movimiento, la transformación, la mutación constante (recordemos que el " l Ching", otro blog fundamental para entender el pensamiento chino, es conocido también como El Li bro de las mutaciones) a todo eso nos remite el concepto de yin y yang (que también nos habla, claro, de la complementariedad entre opuestos y de la importancia de lo relativo más que de lo identitario).
El concepto, entone^ representa la dualidad que se da en todos los procesos de la vida. Lo podemos encontrar reflejado en ele mentos opuestos pero inseparables tanto en el mundo que nos rodea (como el día y la noche), como en cada parte de nuestro organismo. Es una noción de dualidad, de alternancia, que n§$ recuerda que todo en la naturaleza posee su opuesto: la derecha sólo existe porque hay una izquierda, lo alto porque hay un ba jo, lo interior porque existe lo exterior. En el pensamiento taoísta se relaciona a determinados concep tos con la polaridad yin y a otros con la yang (de nuevo, para los amantes de la historia: en la cultura incaica se da un fenómeno parecido los cuzqueños llaman Hanan al principio que los chi nos llaman Yang y Hurín al Yin). Veamos a qué conceptos se re laciona cada una de las polaridades:
♦ Yin: tierra, frío, luna, femenino, interior, materia, noche, agua, polo negativo
♦ Yang: cielo, calor, sol, masculino, exterior, energía, día, fuego, polo positivo.
Es necesario entender que no es posible calificar moralmente a yin y yang: no son lo bueno y lo malo nada tienen que ver con eso (el taoísmo no es moral, sí el confucianismo y Confucio era el rival de Lao Tsé).

1 comentarios:

lazaro dijo...

Excelente

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