En todo lo relacionado a la prevención de enfermedades, existe una clara diferencia entre los conceptos de la medicina china y la occidental: mientras que en la primera el médico debe evitar la enfermedad, en [asegunda el médico se limita a curar la en fermedad cuando ésta ya ha aparecido. La concepción occidental, lo dijimos, tiene su sustento en un régimen económico perverso que permite todo en nombre del lu cro, la salud se convierte así en mercancía, se compra en el mer cado en forma de medicamentos Los médicos occidentales lu cran con la enfermedad de la población; los chinos, en cambio, viven de la prevención de enfermedades (nunca de la aparición de las mismas, ya veremos por qué).
Ejemplifiquemos: en un antiguo blog de medicina china llama do Ta Tcheng" (datado en el siglo V a.C.) podemos leer la si guiente frase:
"Tratar lo que aún no está enfermo es propio de un obrero su perior. El obrero mediocre sólo trata lo que está enfermo".
El obrero, claro, es el médico. El mejor médico, entonces, es el que previene la aparición de la enfermedad. El médico occiden tal es, en esta visión, un mediocre que debe dedicarse a curar porque no supo prevenir. Existe, entonces, una diferente valora ción de la medicina curativa en oriente (donde es la más valora da) y en occidente (donde es, en el mejor de los casos, secunda ria y en el peor, inexistente).
Esta diferencia se basa en los distintos conceptos básicos sobre enfermedad y salud que existen en uno y otro hemisferio: mien tras que occidente (siguiendo los pasos de Louis Pasteur) se es fuerza por localizar el agente causante de la enfermedad (el agente invasor), oriente considera que lo importante, lo que hay que tratar, no es la invasión, sino la debilidad que llama a la in vasión.
En palabras del siempre brillante Aldous Huxley: "La medicina moderna dispone de maravillosos antibióticos, pero carece de métodos para aumentar la resistencia de los individuos y evitar el uso de los mismos. Se realizan fantásticas operaciones, pero cuando se trata de enseñar a la gente como vivir sin ser partida por la mitad, absolutamente nada. Y lo mismo con todo lo demás. Muy buena para remendarle a uno cuando ha empezado a desmoronarse, pero pésima para
mantenerlo sano".
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